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Trastornos revelados por determinados comportamientos felinos: sepa cómo detectarlos

Cuando su gato muestra repentinamente un cambio de comportamiento, hay varias causas posibles. Entre ellas, las causas médicas son comunes y es imperativo identificarlas rápidamente cuando este es el caso.

1. Aumento o disminución del apetito

Los trastornos de comportamiento alimentarios son relativamente comunes en los gatos. A menudo pueden indicar una patología subyacente. 

Existen diferentes tipos de fluctuaciones del apetito y las más comunes en los gatos son la bulimia y la hiporexia (incluso la anorexia).

Bulimia

Se trata de una sensación continua de mucha hambre, que suele dar lugar al consumo de una gran cantidad de alimentos. Su gato puede estar constantemente pidiendo o buscando comida e incluso puede convertirse en un ''ladrón''. En estos casos, el gato no se sacia hasta que no recibe la tan deseada comida. 

Las causas de la bulimia son variadas y pueden provenir tanto de carencias afectivas como de ''rituales bulímicos'' (algunos gatos comen con cada emoción agradable, por ejemplo, después de ser acariciados) o ser un ''clásico exceso de consumo'” (debido al aburrimiento o a la excesiva generosidad de sus dueños). Pero también es posible que existan ciertas causas patológicas (trastorno nervioso, actividad que sustituye a la ansiedad, por ejemplo), por lo cual un aumento del apetito en su mascota es motivo de consulta a su veterinario. 

Hiporexia (incluso anorexia)

Es la disminución (o incluso pérdida total) del apetito y la sensación de hambre, lo cual lleva a una disminución (o incluso al cese) del consumo de alimentos.

En caso de disminución de la ingesta de alimentos, siempre hay que pensar primero en consultar a un veterinario: muchas veces esto es el reflejo de una patología grave o de un gran sufrimiento. Además, a diferencia de los perros, los gatos sufren mucho la anorexia. Por lo tanto, es importante encontrar la enfermedad subyacente lo antes posible. 

2. El gato que se esconde

Ser un gran campeón jugando a las ''escondidas'' no es algo que interese demasiado a un gato saludable. ¡Un gato que de repente comienza a no dejarse ver regularmente es un gato al que justamente no hay que perder de vista! 

Lamentablemente, muchos dueños piensan que es normal que un gato empiece a aislarse en rincones oscuros y tranquilos. Pero, para un gato que es habitualmente sociable, el hecho de empezar a aislarse suele ser un signo de enfermedad, ansiedad o dolor. A veces este es el único signo clínico que expresará su mascota, así que preste atención a lo que trata de decirle y consulte a su veterinario.  

3. Esfuerzos improductivos para orinar/defecar en el arenero

Cuando un gato hace esfuerzos improductivos en el arenero para hacer sus necesidades, la mayoría de las personas inmediatamente sacan la conclusión de que el animal está un poco estreñido (lo cual es incómodo y molesto), pero que esto no es algo muy preocupante. ¡Error! 

¡En realidad, cuando un gato parece tener dificultades para evacuar sus excrementos, suele tratarse de una dificultad para orinar (no para defecar)! Observe que es casi imposible diferenciar los tipos de esfuerzos improductivos para orinar y defecar, ya que son muy similares. Y, de hecho, aunque el estreñimiento es una preocupación, la emergencia principal es la obstrucción de las vías urinarias. 

Si observa que su gato hace esfuerzos improductivos en el arenero, si vocaliza (maullidos, ronquidos) durante sus intentos en el arenero, si lo ve intentando usar el arenero con más frecuencia de la habitual, si ve rastros de sangre en su orina, etc.

¡No espere y póngase inmediatamente en contacto con su veterinario!

Si se trata de una obstrucción urinaria, generalmente una intervención de urgencia es la única posibilidad de supervivencia de su gato... y si el diagnóstico resulta ser un ''estreñimiento'', no se arrepentirá de haberlo llevado de emergencia y no habrá sido en vano: una consulta es siempre útil en estos casos. 

4. Suciedad

Cuando un gato se vuelve repentinamente ''sucio'', no es raro escuchar a los dueños hablar de ''venganza del animal porque llegamos tarde a casa'' o ''comportamiento similar a pesar del severo castigo''. ¡En resumen, no es raro escuchar prejuicios equivocados! 

La suciedad del gato corresponde a la eliminación urinaria o fecal fuera del arenero, lo cual es inaceptable para el dueño. ¡Sin embargo, debe saber que su mascota de ninguna manera lo hace para molestarlo! En más de la mitad de los casos, esta práctica está relacionada con un trastorno médico. Imagine entonces la doble angustia de un animal que está sufriendo, que imagina que el dolor que siente durante la micción está relacionado con el arenero, que trata de resolver como puede su problema buscando lugares ''menos dolorosos'” para orinar y... que es castigado regularmente; todo esto sin entender qué le está pasando.  

En definitiva, la suciedad es una señal de advertencia que debe interpretarse como una razón válida para consultar a su veterinario. Si, junto con su veterinario, descartan una posible causa médica, entonces pueden explorar los posibles problemas de comportamiento. Pero en ningún caso la solución es castigar a su gato. Por el contrario, un castigo podría convertirse en una fuente de ansiedad y exacerbar aún más el problema inicial.

Nota: Un informe especial sobre la eliminación urinaria inaceptable se encuentra disponible aquí.

5. Agresividad

La agresión es un comportamiento que puede considerarse ''normal'' en los gatos. Va desde las amenazas hasta la pelea, pasando por la intimidación. Se trata de una secuencia de comportamiento en tres etapas: la fase de amenaza, que tiene como objetivo intimidar, la fase de consumación (mordida, arañazo) y la fase de tranquilización.

Sin embargo, cabe señalar que las agresiones se consideran como ''trastornos del comportamiento'' a partir del momento en que esta secuencia se intensifica o se desorganiza (por ejemplo, los animales atacan sin amenaza previa). Es fundamental determinar lo antes posible el origen del problema para poder adoptar una solución correcta y descondicionar los casos de agresión cuando sea posible. 

¡Un gato no se vuelve agresivo simplemente ''porque está de mal humor''! En primer lugar, deberá examinar con su veterinario: 

  • las potenciales fuentes de ansiedad (ansiedad de convivencia, ansiedad en ambientes cerrados y/o no estimulantes, etc.),
  • las causas iniciales que puedan provocar agresiones por irritación y frustración, por ejemplo una afección dolorosa (por ejemplo, artritis) o una agresión relacionada con el hambre (a menudo cuando el sistema de distribución de alimentos es inadecuado). 

6. Poliuria-polidipsia: mi gato bebe mucho, orina mucho

Mi gato bebe y orina mucho, ¿esto puede significar algo? Hablamos de ''síndrome de poliuria-polidipsia'' (PU/PD) cuando un gato bebe y orina más de lo normal. Y, efectivamente, es un signo que puede indicar un estado patológico: el PU/PD en los gatos puede ser causado por diversas enfermedades. Es necesario consultar a un veterinario para realizar un diagnóstico y determinar el tratamiento adecuado.

Muchas veces, los dueños no ven a su gato bebiendo y simplemente se alarman por el aumento de la cantidad de orina en el arenero (o cuando el arenero está más sucio y hay que cambiarlo con más frecuencia). Si puede medir cuánto bebe su gato, hágalo. Tenga en cuenta que se considera que su gato bebe en exceso cuando supera los 100 ml de agua/kg/día. 

Pero tenga cuidado, la solución no es racionar el agua de su mascota (podría deshidratarse, si bebe mucho es porque lo necesita), sino consultar a su veterinario lo antes posible. Muchas enfermedades pueden ser responsables del PU/PD (diabetes, insuficiencia renal crónica, hipertiroidismo, etc.) y cuanto antes se traten estas patologías mejores serán los resultados.

Sobre el autor

Elodie Khenifar
Dra. Veterinaria, MSc. patología- microbiología.
Vet Consulting Director – Intersand y laboratorio Blücare, Boucherville, Quebec, Canadá

La Dra. Khenifar, graduada en la Escuela Nacional de Veterinaria de Toulouse, empezó trabajando con pacientes veterinarios mixtos antes de comenzar la Licenciatura en Ciencias Veterinarias, con especialidad en patología y microbiología, en la Facultad de medicina veterinaria de Saint-Hyacinthe (Quebec).

Desde 2017, es la responsable de la comunicación científica veterinaria de Intersand y el laboratorio Blücare y se encarga de la dirección médica de estas compañías.

14-05-2021